Primero a los niños.
Primero a los niños, sus Majestades,
pero no a los sobrealimentados
de caprichos, tecnología
y consumismo insaciable.
Primero a los que sufren hambre
en sus múltiples variedades;
a los que duermen sobre lechos de miedo
y a los que dejaron sus zapatillas
en las ventanas de los hospitales.
Visitadles primero a ellos
y traednos después a los demás
un corazón de carne.
Mayte González Gallego.