El conejo de pintas blancas y negras
En un valle siempre verde, donde las zanahorias crecían jugosas y abundantes, se encontraba una madriguera. Allí vivía un pequeño conejo, travieso y peculiar, con un pelaje de pintas blancas y negras que parecían dibujadas con pincel.
Una mañana, el conejo decidió abandonar su hogar. Se encontró con sus vecinos, quienes le preguntaron:
–¿A dónde vas, pequeño saltarín?
–Me voy de aquí —respondió el conejo de pintas blancas y negras–. Aunque la comida es deliciosa, la vida es muy aburrida. Voy en busca de aventuras en madrigueras lejanas.
–¡Ten cuidado! —le advirtieron los otros conejos–. Debes cruzar un bosque donde habita una serpiente pitón. ¡Podrías convertirte en su almuerzo!
El pequeño conejo, haciendo caso omiso de las advertencias, emprendió su viaje. Al poco tiempo, la serpiente pitón apareció en su camino y en un abrir y cerrar de ojos, se lo tragó.
Moraleja: A veces, cuando uno se siente desdichado, lo mejor es escuchar los buenos consejos y quedarse en casa.
Willian García Molina.
Venezuela.



