A TIEMPO
Ya va siendo hora
de que deje de ser quien he sido,
de que caiga la ropa
y no intentar vestir camisa de once varas;
de comprender que no es el rencor ni el olvido
lo que me mantendrá viva.
Es la vida llamando a la vida;
alimentarse del recuerdo
y respirar el futuro de cara a la ventana.
Es el tiempo
de no dejar que el dolor me dirija;
el ayer es parte de mis cimientos,
pero no será arquitecto de mi casa.
Es el momento justo
de guardar la cobardía y el “qué dirán”.
Soy tan de carne como todos
y, como todos, yerro.
Ya va siendo tiempo
de que las lágrimas no sean agua
que se derrama en la pendiente,
sino que corra y susurre
por los canales de mi huerto
y vuelva posibilidad el florecer
de una nueva primavera.
Marcela Quiñones.