AHORA QUE PENSAMOS
Ahora que pensamos en los dioses
constantemente,
se quedaron perdidos los placeres.
Mi vida entera está en una sola hoja:
si quiero renacer
debo destruir mis datos
y arrojar sus desechos
a las baldosas
que me vieron crecer de niño.
Por eso tengo fe en mi casa
y en sus dominios.
Y rompo lindes
para ocultar la luz de los cerezos
entre los corredores
y las habitaciones.
Sin embargo, me atengo con el olor a altura
que fluye entre el zaguán y la cocina
para reconciliarme.
Aunque siga perdiéndome
entre cenizas
y dioses mutilados.
Aunque en mi testamento
haya pedido ser la piedra
de bienvenida
para quienes visiten mi jardín.
Fernando Fiestas.