AL DESCUBIERTO.
La mañana está abierta ante estos ojos
mostrándome el lugar donde navega
el tiempo invernal de toda una vida.
Fue nuestro amor un pan que compartimos,
y yo sigo esperando día y noche
el ángulo perfecto de tu horario,
su queja del desnudo de tu piel.
Vibras cuando no ocultas tu recuerdo
porque todo lo has hecho sin tristeza,
con pronunciado amor acontecido
en un presente muerto de pasado.
Suelo escribir anochecido el día,
donde observo toda mi nostalgia
qué será de nosotros
si no aprendemos a olvidar con lágrimas
el daño descubierto en un instante.
José Manuel F. Febles.
Del libro “Vivir sin olvidar”.