Ayer la vi.
Ayer la vi,
caminé con ella
bajo las pocas lágrimas
que caían del cielo.
Ayer la vi,
mi corazón sonreía,
tan cerquita de mí
y tan lejos.
Cercanía y lejanía
se habían acercado,
en mi conciencia
conocía que su puerto
estaba imposible
del despertar de mi sueño,
mi rumbo será otro puerto,
donde pueda encontrar
un posible, un sí, un te quiero.
Cabizbajo me fui
entre las olas frías de la lluvia
que comenzaba a caer en la ciudad,
a lo lejos veía a mi princesa,
quien iba a lo lejos,
seguiré otros rumbos,
esquivando sus conversas.
Evitaré seguir ilusionado
por ese encanto de princesa.
Buscaré refugio en otros mares
donde encuentre más alegría
mi triste corazón.
José Argenis Peña Salcedo.
Venezuela.