CANTARES DE UNA CALLE SOLA.
En esta calle sola se pierde la mirada,
en esta soledad de pájaro sin tiempo,
minutos degollados
que vuelan como silbo…
Se pierde el pensamiento y el latir estruendoso
de anciano cautiverio.
En esta calle sola se apartan las ventanas,
con sus cortinas negras.
Entreabiertas cortinas ocultan en sus pliegues
miradas furtivas, someras, desquiciadas.
En el balcón de canto
se eterniza la espera
(en la reja de voces,
como dientes que muerden la pretina del miedo).
En este mes de marzo, los huesos se consuelan
entre pequeñas rosas,
entre flores violetas
en descarnados guiños de amor difuminados…
Y la opereta sigue,
con guion y partitura
escritos por un ángel malvado y distraído,
que pierde la mirada
por esta calle sola.
Everardo Antonio Torres González.