DESPEDIDA.
Pudo ser, sin más, una despedida.
Pero una dentellada vengativa
envió nuestro pasado a la deriva,
viento en popa y con mar embravecida.
Ni vergüenza ni expresión afligida:
Fue el clímax ya tu labia despectiva,
tu rabia –contra ti–, tan corrosiva
que salió por tu boca enloquecida.
Al saber tu inmundicia al descubierto
para clavarme a fondo tus colmillos
te revolviste igual que una culebra.
Lanzabas tu saliva hebra a hebra
mi cuello se estrechaba en tus anillos…
Mas perdiste: pues tú ya estabas muerto.
Encarna Martínez Oliveras.
[HEBRA A HEBRA]
Te revolviste
Hebra a hebra
Pasado
Vendaval
De
Colmillos
Mar embravecida.
Vicente López-Ibor Mayor.
Del libro: Zarpar [sonetos rotos].