Día del niño.
Juegan las luces en la imaginación del niño
como si las horas del tiempo imaginario
nunca haya existido.
Como si en cada segundo los juegos
hacen de su crecer un peldaño
para continuar soñando en ese mañana.
Serán las horas interminables de juegos,
donde nadie comprende que en ello,
van creando sabidurías que servirán
para cuando avancen por la vida.
Sin retenciones, sin ataduras.
Niño que en cada sentimiento
descubres parte de la vida.
Compañero del andar sin esperas
a que el sol se esconda.
Sin que las miles de estrellas titilen
crean historias de muerte y vida.
Niños, soñadores de realidades y alucinaciones.
Creadores de un mañana en dibujos
que guardan bajo la almohada,
por si descubren entre trazos el destino
que guarda para contar irrealidades
que se vuelven realidad junto al misterio.
Bajo las luces del destino,
caminan, corren, lloran, cantan,
dibujan y borran sueños que se diluyen
por otros que toman importancias
cuando aparecen las esperanzas
de un mejor mañana, sin ataduras del alma.
Niños que corren tras un balón,
buscan en algún libro, esa canción.
cómplice de aventuras del corazón
que a veces se rompe por una desilusión.
Niños siempre en el corazón.
Constantemente sonrientes
aunque una lágrima haya destrozado
el sueño para cuando sea mayor.
Moisés Jorquera Vivanco.