EL SOL DE OTOÑO
Contemplo el río y la luna, como barca quieta y ondulante, duerme en el murmullo de sus aguas.
En la rama seca de un viejo huizache ulula una sombra inundando el viento.
Miro el espejo
reflejando tus labios
ya casi al alba.
Beso el doblez de la sábana que cubre el arco de tu pie pequeño y guardo tu gemido en un frasco con agua de lluvia y rosas blancas.
La corriente del río
arrastra a veces
melancolía.
Respiramos del mismo instante y fragmentos de sueños se mezclan en la piel que se hace una, y las manos se pierden en rincones oscuros y silentes después de entrecerrar los párpados.
El sol de otoño
asoma en el silencio
de nuestra cama.
Everardo Antonio Torres González.