ESA TERNURA INCUESTIONABLE
Él solía posarse en una estrella
a escribir palabras de amor,
ella hilaba sueños, suspiros de carne,
dentro de un corazón.
Él, era en el tiempo un desvarío,
ella, secuencia de lo inevitable
en un caos sostenido…
Eran como un hombre y una mujer
en el cóctel de la tarde, inaugurando las palabras
de una metáfora incompleta.
Él, burbuja de un naufragio
poblando escritos de futuro,
ella, atravesando las sombras
en los hombros de la luna…
Ella y él eran el instante,
esa ternura incuestionable,
-la guerra a punto de estallar-
Él y ella solían escribir ausencias
en las hojas del otoño,
sueños que se hacen agua bajo la almohada.
Eran cómplices del infinito,
líneas aladas, acordes de una partitura
de los silencios que hablaban de amor.
Eran como un hombre y una mujer en la distancia…
Cecilia Ortega Astorga.