GLOSA DEL PUERTO
Yo te sembré en aquel puerto
junto al barco pescador
y desde aquella mañana
te quiero como un adiós.
(Andrés Eloy Blanco)
Remembrando tu partida
aquel día de primavera,
consumida en la espera
que laceraba mi vida.
No te di la despedida
aunque mi sino fue incierto,
con mi pecho ansioso abierto
añorando tu presencia,
e impregnándome en tú esencia
yo te sembré en aquel puerto.
En el muelle solitario
de aquel mar impetuoso,
agitábase celoso
el oleaje libertario
de mi cruz en el calvario.
Transida mi alma en dolor
hipnotizada de amor
entre algas y corales,
le di término a mis males
junto al barco pescador.
Un paraíso inefable
atisbé a mi alrededor,
grandes capullos en flor
de belleza incomparable.
El Edén inmensurable
Lo contemplaba ufana,
y al repique de campanas
la magia que me envolvía
feneció desde aquel día
y desde aquella mañana.
Perturbada y sorprendida
mi corazón se agitaba,
al cruel hecho memoraba
perturbador de mi vida.
Te obsequié la despedida,
por testigo puse a Dios,
el amor siempre es de dos
y el tuyo fue de oropel,
por ingrato y por infiel
te quiero como un adiós.
Irma Alejandrina Rondón Varela