He vuelto.
Los gritos de la ausencia
se escapan por las tejas quebrantadas
y está la hierba
ahíta de jardines y de porches.
Sabe todo a silencio,
todo a tiempo que fue,
a flor marchita.
Ha escrito el musgo
poemas al amor de los aleros
y, en los tapiales,
la lluvia ha derramado
haikus con sangre.
Pero he vuelto.
Están muertos de llaga los rosales,
las adelfas ofrecen su veneno
a pie de calle,
y está podrida
la que fuera hasta ayer
ornada reja.
He vuelto.
Me resisto a olvidar
que hubo un entonces
que viajaba en la luz
sin alas rotas.
Me resisto a que el mundo
se haga viejo
y le borren mi nombre
de sus tapas.
Juan José Alcolea.