HOY
I
Hoy, estás a mi lado
y el brillo de los prados
se dibuja en los cristales de tus ojos,
miro tu enfurecido pelo al viento
y beso tus ardientes labios rojos.
A lo lejos, el trino de pájaros
se percibe en dulces campanadas
y las hojas de los árboles
vuelan pérdidas en la nada.
Al oler las flores
siento que tu perfume me rodea,
confundo la humedad de tu piel
y me enredo en tu cuerpo de estrellas.
Hoy, que tu canto es pequeño
a mis tímpanos suelen llegar
las suaves notas de tus besos.
Hoy salí a ver los caminos
que recorrí junto a ti,
crucé montañas oscuras
y un verso nuevo te ofrecí,
reflejé mis ojos en el abismo
y en su profundidad me perdí;
en medio de mi inconsciencia
recordé cuando estaba junto a ti,
“el brillo de los prados
reflejados en tus ojos
y tu enfurecido pelo al viento
mientras besaba
tus ardientes labios rojos”.
II
Luego, mis manos caminaron
por las montañas de tu cuerpo
y ese dulce deleite de hacer
que tu cuerpo fuese mío.
Cuando vagan las sombras
en el umbral de ellas
resplandece tu imagen
y el silencio de la selva de miradas
no dejaban que yo te tocase,
me alejaba callado
para que no me vieras triste
y que tus brazos no me anudasen.
Pues bien, necesito decirte que te amo
grito al viento e imploro tu nombre,
es mi última ilusión
y hoy, que comprendo que tus besos
siempre han sido míos,
mi esperanza florece como la primavera
para amarte al borde del desvarío.
III
Mi jardín solitario es una tumba
de tierra fecunda y lejana,
donde mis queridas flores
se reflejan en tu mirada.
No estás conmigo
y en el fondo de mis ojos
solo navegan lágrimas,
hoy, la soledad me basta.
Aquiles Ríos Parra.
Chile.