MI BESO
Mi beso
en tu piel se evapora
en bruma,
ternura húmeda
que envuelve mi cuerpo.
Mi caricia,
incandescente brasa,
regresa por mis dedos
desde tu espalda
envuelta en llamas.
“Te quiero”,
te digo,
y en la niebla densa
de nuestro aliento
retumba el eco
-como sirena
de barco
arribando a puerto-
volviendo a mí,
penetrando
por cada poro
de mi silencio:
“Te quiero.
Te quiero.
Te quiero…”
Encarna Martínez Oliveras