LA MUJER
Cabellos que han sentido
las manos suaves
en noches serenas
plenas del estío
Ojos que se asombraron
ante la lluvia cálida
que el otoño tardío
depositó en la tierra
Boca que susurró
las palabras más dulces
cuando la madre gaia
abrió sus entrañas
Rostro que se marcó
de líneas muy finas
con el paso del tiempo
y tantos desvelos
Pechos que amamantaron
a las crías paridas
con dolor y ensueño
salpicando estrellas
Vientre que albergó
criaturas amadas
en úteros plenos
de esperanza humana
Corazón pleno de arritmias
con sangre fluyendo
a través del camino
de llantos y risas
Labios vaginales
abiertos en sonrisas
cada vez que el amor
explotó en tu cuerpo
Pies descalzos y fríos
de tanto pisar el campo
buscando llevar el alma
por senderos desconocidos
Antonia Russo