YO NO QUISE INVENTAR LA LEJANÍA
Pasa el tiempo y en mi ventana
el paisaje huye
detrás de cada lágrima,
y se descubren los ojos
porque se fuga el día
como un vencido dios
para morir en la distancia.
Yo no quise inventar la lejanía,
el naufragio no es sólo una palabra
sobreviviente, es una agotada inquietud
interminable, un hambriento esperar
en la memoria,
una tristeza que no calla
pisada por las hojas amarillas de otoño.
El tiempo reconoce mi ventana
como un tardío sueño sin preguntas.
José Manuel F. Febles