PARA TODOS LOS NIÑOS INTERIORES
(Celebración de Navidad)
De niña te enseñaron
que el tiempo es una forma
de mirar a las cosas desde alguna cumbre
que acabe transformándose en arena
y por más que luchemos por evitarlo,
se escurre entre los dedos.
Compartimos contigo tu inventiva
de pintar de perfil el sol,
acaso sin tatuajes:
el patio era una fiesta, ¿lo recuerdas?
vinieron niños nunca vistos
ni sospechados
-siempre hay más niños de lo que creemos-,
llegaron con un arco iris en las pestañas,
vinieron desde Oriente con un Belén en sueños
y con canciones árabes.
Sí, juntos sin cesar hemos estado,
los que dejamos de creer
y añoramos la infancia
y vosotros, tan ágiles como vuestro asenso.
Sin cesar agitamos las zambombas
entre canciones tiernas
con las que en un abrazo de timbres y voces
nos unimos igual que se juntan las sombras
sobre la nieve.
El tiempo es esta forma de mirar
sobre las cumbres
entre rocas de corcho y cielos de papel
para seguir a la estrella
con estela de plata.
Y cuando nos cansamos,
decidimos cerrar nuestras pestañas
aunque oyéramos pasos singulares
y susurros alegres;
y cuando nos quedamos solos y pensativos
con los regalos a la vista,
nuestros niños de Oriente ya se fueron,
se fueron sin aviso,
con una carta breve, perfumada, promesa
para nuestra memoria.
Fernando Fiestas