JUVENTUD.
Al albor de un día que llega
de mi cuerpo ya se aleja
mas, no de mi interno ser,
aquél divino tesoro,
capullo de flor en vida,
la joya más preferida,
que hoy con mis años añoro.
Juventud, ¡Cómo te extraño!
con gran nostalgia te anhelo,
te cuidaba con recelo
pero el peso de los años
cayendo está sin piedad,
va avanzando más mi edad
y este cuerpo ya maltrecho
no se resigna al consuelo.
Nostalgia da el recordarte
esporádica quietud;
¡Cómo dejaré de ansiarte
bella, amada juventud!
Y ¿Cómo he de retenerte
si te escapas muy cruelmente?
Te vas fugaz como el viento.
Ve despacio, lerdo, lento…
Irma Angelina Rondón Varela.