LA INFINITA VERDAD
La vida es un desierto disfrazado,
se expande lentamente
hacia la inquietud del hombre que espera
alejarse del odio,
de la herida que incandescente brota,
del derrumbe moral
que nos puede abismar en un instante.
En esa sombra pobre,
en la que el sueño se hunde
en su sospecha,
no podremos sentir
que el sol se desvanece cuando avanza
el otoño mirándonos,
cuando avanza el otoño muerto en luz.
Dicen que silencioso siempre he sido,
pero al correr del tiempo queda un poso,
la palabra que rompe la infinita
verdad que siempre tuvo nombre propio.
José Manuel F. Febles.