LA VISITA
Desde hace algunos meses,
van llegando emisarios que anuncian su venida,
me dicen que prepare mi casa y mi persona,
que lo disponga todo, que acelere los trámites
para facilitar el instante preciso.
Yo no les hago caso ¿para qué?
En lugar de pensar en el futuro,
yo pienso en el presente y hago cuentas
revisando el pasado.
No hay nada que temer, me digo, estoy contenta.
Trabajé en lo que quise, deshice mil entuertos,
inventé nuevas fórmulas para cazar fantasmas,
estuve siempre atenta al amor y al deseo,
no le hice mal a nadie; tuve amigas, amigos,
personas que yo quise y me quisieron,
no conozco enemigos personales
y luché cuanto pude contra los colectivos.
Mi casa es un lugar maravilloso en el que soy feliz.
Si llega esa visita me encontrará dispuesta,
viviendo cada instante sin complejos,
amando a mi familia, escribiendo, leyendo,
siendo amiga del tiempo y de aquellas personas
que merezcan la pena, feliz y enamorada.
Por eso, pido a sus emisarios que digan a la muerte
que me espere, que aún no quiero marcharme,
que aún tengo mucha vida que vivir.
Nieves Álvarez Martín.
