Marzo fue.
El cielo dibujó tu sonrisa
con destellos trabados en mi carne,
el tributo de tus mares extraviados
es el espejo del ayer.
Por tu ser
claveles tatuados por el cosmos
brotaron en mi sangre,
éxtasis de marzo
en noches soleadas,
camino de ángeles.
Marzo fue la puerta de Dios,
hamaca de estrellas,
columnas maceradas en mi templo
se disipan en el oasis
de tus lunas
para morir y nacer en tu sombra.
Lucero Mercado.