Pensamientos en un segundo.
La taza de café sobre la rodilla, el tiempo pasa sin prisa.
Es el tiempo del pensamiento, de una esperanza que no es perdida,
es la razón de la compañía que está a distancia, sin distancia,
se evaporan los aromas del café, que inundan la casa.
No es el tiempo del soleado día, es la noche y recuerdo,
los aromas que entrega la vida compartida.
Huele el café sobre la rodilla.
Vuelven los pensamientos desde que apareces en una esquina.
Aparecen las palabras en los sentidos de un ruego sin olvidos.
aparecen las sonrisas de tu boca, que endulzan las miradas
cuando entre enojos sonríes, como si nunca ha pasado nada.
Suben los aromas, se vuelven los sueños a reales murmullos
desde los recordados besos, sin soltar tu cintura.
Sin comprender las suplicas de algún soñador, sin nidos
que encamine sus pasos hasta donde todo se ha compartido.
Hasta donde nadie puede imaginar, en medio de las noches
llegas y te vas, llegas y cambias todo, sin cambiar.
Miro el vapor del café sobre mi rodilla, la taza se enfría.
Las palabras de silencio, recuerdan tiempos de una cita.
De aquella que un día, se volvió eterna, sin mentiras.
No es el tiempo de una súplica, no es el tiempo de un suspiro,
es la razón al contemplar, como el café, no se enfría.
Sintiendo que es tu piel, la que acompaña las eternas citas,
de besos con alegrías y suspiros que se pierden en la habitación
cuando las miradas se cruzan, cuando los besos se encienden,
el café, sigue sobre mi rodilla.
Duele el tiempo que no se comparte, duelen las palabras
que injustas te cuestionan, sin conocer tu vida.
Duelen los misterios que se tejen a espaldas sin sonrisas,
detrás de una mentira, toman tu vida, la desalman
sin que puedas detener sus irónicas mentiras.
No es el tiempo que ahuyente las sonrisas del ser.
No es el tiempo de llorar cuando nadie te ve.
No es el tiempo de esperar que te llamen al revés, sin olvidar
que eres lo que la vida ayudó a construir en tu ser.
Moisés Jorquera Vivanco.
Del libro «Espumas en el mar».
