PEQUEÑAS CHARCAS
Pequeñas charcas, a un lado del camino, liberan destellos cuando la lluvia amaina.
Las nubes pasan empujadas por el viento, como barcas de vela en un mar irascible y estruendoso.
Un viento suave
se columpia en el canto
de las cigarras.
El sol, incipiente, ilumina la piel de los duraznos y una abeja solitaria ronda los pétalos de una rosa cargada de rocío.
La sombra de tus manos se desliza entre geranios y dalias amarillas.
Guarda silencio
bajo la mecedora
un gato blanco.
Agitas la mano, bajo el marco de la puerta, saludando a la vecina cuando pasa, mientras pequeños arroyos serpentean frente a la reja verde del pequeño jardín.
Y yo, te amo, como en los días que caminábamos sin prisa bajo un sol incipiente, después de correr bajo la lluvia, tomados de la mano.
Pequeñas charcas
recogen hojas secas
bajo la luna.
Everardo Antonio Torres González.