NARANJO VIEJO
Esmeraldino.
Más que frutal,
árbol genealógico.
Receptáculo silente
de charlas,
de risas,
de cuitas,
de sollozos.
A tus sueños,
collares de naranjas,
la noche borda,
con música de azahares.
Abuelo,
portero del alba
y del crepúsculo,
te habrás de ir
cuando tu Dios,
que es nuestro,
así lo quiera.
Mientras tanto,
hoy,
danos el canto sutil
de tu existencia,
como das aún
tu brazo amoroso
a la torcaza.
José Humberto López Medrano.