Polvo.
Poemas se han hecho polvo y de nuevo he olvidado la razón para escribir. La piel erizada me confirma que los recuerdos se han convertido en algo más.
Teclas suenan, música suena, la noche suena, pero mis dedos no encuentran aquellas mejillas que, otrora, tocaban. Mis dedos reconocen el teclado mientras escribo y solo recuerdan tus piernas en braille.
Me pregunto cómo he llegado al punto de extrañar aquello que no tuvo un inicio; como si el pasado fuera la realidad que deseo para mi vida; como si mis pensamientos solo se hubieran perdido en ella.
He borrado su contacto, pero su recuerdo ha perdurado; la sonrisa que ha dejado enmarcada en mi memoria ahora empieza a esfumarse; su nombre, no tan común, resalta más que nunca en mi pensamiento.
Puede que llegue a quererla a distancia, cuando la pienso y me enamora; cuando la escucho sin querer y mi distante corazón dicta aquello que quiere sentir.
Su nombre, se lo ha llevado el viento, su recuerdo ha sido vulnerado por el alcohol; pero de alguna u otra forma escucho su nombre a diario, y de nuevo me invaden sensaciones que creía olvidadas.
Leonardo Daniel Ramírez Lara.