UN VIENTO SUAVE
El viento, casi en la alborada, levanta polvo que se pierde en la niebla. El cielo va mostrando su azul, mientras la luna, se disipa en el borroso tul del horizonte.
Vuela un cenzontle
y derrama su silbo
en los maizales.
Te veo en una nube, a veces desnuda entre la lluvia, con el cabello cubriendo la mitad del rostro y a veces, cerca del arcoíris, ondeando como rama de sauce en el otoño.
Un viento suave
acaricia la piel
bajo la luna.
Beso tu imagen, quiero decir, las hojas del naranjo y las gotas de rocío, la suavidad de la toronja al morder sus gajos mientras el néctar escurre mojando la camisa.
Sube la niebla
cubriendo la montaña
con tu perfume.
Everardo Antonio Torres González.