Una mirada basta.
Los pasos a veces te llevan al encuentro.
Difícil tiempo de miradas esquivas,
de esperas de un suspiro, una palabra.
Murmullos de distancias que no te delatan, pasan y pasan
los tiempos de escapadas para robarse un segundo, una mirada.
Fría como el frío, las mañanas parecen de invierno,
una fugaz sonrisa, desalma hasta el alma.
No es mayo, junio ni verano,
es el tiempo que llega cuando ¿lo buscamos?
Sirena de ojos claros, luz de mi camino desde que me levanto.
Despiertas los sentidos sin olvidar de vez en cuando
una lágrima que asoma por las huellas de un día soleado.
Mirar más allá de una mirada,
tomar más allá de una caricia olvidada,
día ligero que no te alcanzo desde que escapas sin escapadas,
en las estrellas se dibuja la guía del caminar,
sintiendo que no es lejano el tiempo de soñar.
Una sonrisa, miles de palabras, silencio olvidado
palabras llegadas descubren que mi alma
en algún momento aprendió a quererte sin más lágrimas.
Miro por la ventana, a una estrella fugaz que pasa,
le pido más que esperanzas,
bandada de aves dibujando imágenes que alegran mi alma.
Espero que sea hoy y no mañana,
cuando el sol que abrigue no queme sin herir el alma,
despejado tiempo de una palabra, roto el hielo con una mirada,
disipan tiempo de un mañana sin tiempos nublados,
sin descuidos, sin olvidar nada.
Moisés Jorquera Vivanco.
Del libro “También Quiero Opinar»