A TI ANDACOLLO
Mientras recorro tus calles, a la llegada del atardecer y levanto mi mirada al cielo, veo tu estrellada bóveda, que deja con la boca abierta a cualquier persona que ha tenido la oportunidad de mirar tu cielo obscuro, de gran luminiscencia, donde faltará noche para contar los astros que sobre mi cabeza se encuentran…
Escucho más allá, la voz de las palas y picos de los pirquineros, golpeando la roca de la mina, extrayendo de sus venas, los preciados metales que son una bendición para este pueblo enclavado en la serranía chilena.
«Tac, tac, suena la herramienta, al son del minero, que sigue el camino que el Inca dejó, oro y riquezas Dios a este pueblo entregó»…
Mas allá la figura que el indio Collo encontró, para que un poblado conociera la palabra de Dios por intermedio de la fe y la esperanza, a eso se le sumó la imagen en tela que trajeron los pirquineros y la fiesta comenzó, con los bailes y cofradías que ahora son patrimonio inmaterial de la humanidad, nacido en suelo chileno, el baile Chino, expresando la religiosidad y la devoción que en tus dos fiestas hacen llegar a millares de peregrinos. Señora de la tierra del sol en el cual brillan tus preseas multicolores acompañada de las danzas, los sueños y la esperanza, brindando los cielos más limpios del mundo entero, a ti Patrona te presento mis respetos, con este cantar, que nació de un juglar, para reverenciar la fiesta de la Virgen del Rosario, que se encuentra en este pueblo tan hermoso como es Andacollo.
Rene Julio Milla Auger.
