EL HOMBRE Y EL ÁRBOL.

El árbol cobija a los seres queridos.

El hombre adquiere serenidad

El árbol con la estación

cambia su apariencia
pero intacta su esencia
en su sabia permanece
cada año su estatura aumenta
sus ramas fortalece
su fronda aumenta
hasta alcanzar su plenitud.

El hombre con la edad
muda su apariencia
aumenta en sí la conciencia
desecha la vana necedad
amando más a la vida
que día a día es sorbida
apreciada más que la riqueza.

 

El árbol y el hombre
tienen gran similitud

ambos crecen y se fortalecen
hasta llegar a su plenitud
protectores y prudentes
que al más débil protegen
y al cansado reaniman.

Beddy Gamboa Lugo.

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