Vidente o no vidente.
Caminar por la vida, saltando obstáculos,
por no tropezar, por no caerse.
La vida nos entrega todos los sentidos,
perfectos e imperfectos.
Salgo a la calle y observo a un no vidente
que camina sin descanso, conociendo el camino
sin desánimo.
Más allá otro con capacidades diferentes
que se desplaza a pesar de los tacos,
sintiendo que tiene de todo, aunque le falte.
Tienen alegrías, no desfallecen.
Asumen sus días, aferrándose a la vida.
Con su bastón, con su silla,
enfrentando la vida, con alegrías.
Más allá diviso a persona que tienen
los sentidos buenos.
Pero se quejan que no les alcanza el tiempo
para disfrutarlo, que el clima frío, el sol la lluvia
inundan su paso, por sus vidas, con llanto.
La vida es así con todo y nada.
amamos porque se llega al corazón, con prisas y calmas.
Nos quejamos por no estar juntos,
aunque se destroce el alma, sin apuros.
Todo lo vemos, todo lo sentimos.
Todo nos da, exigimos compromisos.
Difícil vivir la vida sin darnos cuenta que todo lo tenemos,
que todo lo disfrutamos y recibimos.
Sin quejas aquellos que les falta algo
viven sus vidas dando amor, sin pedir
tiempos perdidos.
La vida es como se quiere vivir,
alegrándose por todo o quejándonos de todo.
Todo lo veo, todo lo siento con los sentidos de la vida, contigo
para ser feliz, aunque haga calor o frío.
Moisés Jorquera Vivanco.
Del libro “De a dos”.
