El impulso vital.
Escribir es un impulso vital. Algo íntimo se mueve dentro de uno para brotar de manera espontánea con palabras, una detrás de otra, para decir algo que está ahí, aunque a veces no nos demos cuenta de su preexistencia.
Es una acción tan personal que al momento de surgir nos aísla del entorno, solo persiste la conexión del hombre con la computadora, en una realidad particular mientras ese impulso vital dicta a los dedos presionar el teclado con la arritmia de las ideas, al principio son lentas, pero conforme van tomando su forma se aceleran, señalan el camino a seguir sobre la luminosa pantalla blanca.
Suele ser algo caprichoso, en momentos tiene la intensidad de un torbellino de ideas, con flujo constante, imparable. Pero en otras circunstancias se niega a dejarse atrapar, aunque sea para estampar un par de líneas. Hay quienes dicen que hay que escribir por disciplina, por ejercicio; hacer diagramas, temarios, todo aquello que ordene las ideas y así obligarlas a salir con un sistema. No, a la fuerza nada bueno resulta. Podrá resultar algo perfectamente estructurado, pero carecerá de vida, del movimiento y la frescura de la espontaneidad. Lo mejor es dejar libertad a ese impulso vital.
Escribir. Necesidad personalísima. Soledad donde se construyen los puentes con los otros, porque en última instancia, el fruto de ese actuar solitario, se convierte en el medio para que otros lo lean, terminando así en la puerta de la comunicación, pues se escribe para un lector, aunque se desconozca su identidad.
Todo escrito busca a su lector. Esta es la razón de ser de Ediciones Bellas Letras: servir de puente entre el escritor y el lector desde hace seis años. Por lo menos dos días a la semana, las plumas de tres continentes dejan escuchar su sinfonía de palabras, en verso o en prosa, por el simple gusto de tener un lector como tú; así hemos acumulado 729 escritos en nuestra página web, donde los puedes releer cuando gustes. Es una pequeña muestra de las obras de 69 autores, cada uno con su cosmovisión, su estilo, su cultura; tan diversos como los 8 países que representan, pero unidos con el lazo del idioma común: el español.
Además, todos los días, un escritor, filósofo, artista, nos ha regalado una frase producto de su inspiración para darnos un consejo, para ilustrarnos algo importante de la vida, el arte y la escritura. Sacado de sus libros, algunos muy antiguos, como el autor anónimo del Gilgamesh, otros famosos contemporáneos nuestros, cuya lista sería demasiado extensa.
En Ediciones Bellas Letras agradecemos a los escritores que nos comparten sus obras, sin ellas no podríamos existir. Damos gracias a ustedes, amables lectores, por recibirnos en sus casas, por leernos, por sus comentarios.
Solo tenemos un deseo, que todos juntos sigamos por esta senda, donde tu imaginación será guiada por la palabra escrita.
Phillip H. Brubeck G.