TENGO UN LIBRO
Tengo un libro frente a mí, es un libro muy especial, tiene cientos de poemas y cuentos, las musas los inspiraron cuando sus autores saciaron su sed en la fuente Castalia.
Calíope, Euterpe, Melpómene y Talía, complacientes escancian el líquido castalio en copas de alabastro, que al momento de tocar los labios ansiosos de todos aquellos que procuran su compañía, se convierte en el impulso creador de las bellas letras desde la profundidad del corazón.
Este libro maravilloso surgió hace ocho primaveras, día a día incrementa su volumen, magnánimos sus autores en él difunden su obra, develan las imágenes que pululan en su interior pues solo así vuelven a encontrar la tranquilidad. Vuelcan su corazón en sus poemas llenos de la musicalidad de sus rítmicos versos; entre imágenes y metáforas, le cantan al amor, a la vida, la libertad y la justicia.
Sus cuentos son ficciones, en algunos sus mundos fantásticos parecen tan reales como lo extraordinario de los hechos cotidianos; en otros su realismo nos abre los ojos a lo que normalmente permanece oculto en la rutina diaria. Nos llaman la atención los detalles de sus descripciones presentando con toda nitidez ante nuestros ojos los paisajes, los objetos, para introducirnos en esos ambientes especiales. Sus diálogos nos dejan escuchar a los personajes, cada uno con su particular forma de ser, como si estuviéramos en una fiesta, en el mercado o con los amigos y la familia.
A veces se despojan de la ficción, con un lenguaje sencillo y elegante, en artículos o ensayos, vierten sus reflexiones sobre los temas que más les preocupan, algunos de alto contenido social, otros religioso o ético. Son poetas a los que su sensibilidad, su capacidad de análisis y observación, se convierten en filósofos amantes de la libertad para desentrañar los misterios de la vida, de la verdad.
Algunos poetas amigos han ido a fincar su morada en el Parnaso, las musas han ornado sus frentes con coronas de laurel para la eternidad. Nos han dejado la herencia de sus libros, impresos en papel, brillantes en los monitores de las computadoras, así permanecen entre nosotros en un diálogo constante hasta que los alcancemos en esa morada celestial. Desde aquí les rendimos nuestro humilde homenaje por la excelencia de su vida y su obra.
Tengo un libro frente a mí, es un libro muy especial, en sus bellas letras contiene el talento de mujeres y hombres de África, Europa y la América Hispana; lo han alimentado durante ocho años para solaz de los lectores de todo el orbe, por eso estamos de fiesta. El agradecimiento fluye en torrentes por las maravillosas colaboraciones con las que han alimentado sus páginas, pues por estos escritores ha sido posible seguir en el mundo literario.
Pero el autor no escribe solo para él, siempre busca a sus lectores. A todos ustedes, que desde todos los rincones del mundo están leyendo estas líneas, que de manera constante ingresan en estas páginas electrónicas, en este octavo aniversario de la página electrónica de Ediciones Bellas Letras, les damos las gracias por pasar con nosotros sus momentos de lectura, por sus comentarios, por sus reacciones. Ustedes nos impulsan a perfeccionar nuestra técnica, nuestro estilo, y darles siempre algo nuevo.
Phillip H. Brubeck G.
