AL SON DE LA MINERA.
Recordé los poemas que te dieron forma
toqué al son de la minera para cautivarte,
me perdí en tus venas para vivir el calor de tu sangre,
conjugué el bálsamo de tu piel a mi piel,
glorifiqué el tiempo, el amanecer y la noche,
el calor y el frío,
el respirar tu aire y beber de tu agua.
Amé el amar tu sonrisa y tu llanto,
pero odié tus huellas al ver tu figura desvanecerse
al son de la minera en el ocaso…
Lucero Mercado.
Del libro “Luceros de mis versos”.