Ámame
En esta Navidad fría y solitaria
ámame desde el otro puerto,
donde navegas con tus velas.
Lejos de este corazón árido
de falta de ternura y el brillo
de tu mirada y sonrisa, ámame.
Es un grito ahogado del silencio,
lleno de sombras y risas que se fueron,
las sombras aún quedan
como huellas tibias que no queman,
huellas que matan mi esperanza,
ámame y cierra los ojos,
abrázame, tócame y dime:
te amo desde esta orilla,
te envío las olas nocturnas
para que refresquen mi alma atormentada,
ámame y llévame en tus sueños,
para saber que existo y aún no muero.
José Argenis Peña Salcedo.