Cuando el frío del invierno.
Cuando el frío del invierno
congelaba mi espíritu,
en las soledades del desierto
todo era tristeza y vacío,
mi alma permanecía en silencio,
su canto se había apagado.
El sol de tu mirada inundó mi ser,
iluminó la vida con nuevo color,
la alegría de tus ojos me envolvió
con esperanza vuelta realidad.
Pueden pasar los años sin cesar,
pero tu belleza permanecerá siempre.
Las tormentas podrán azotar las ventanas,
mas su furia no tendrá fuerza
para romper los cristales del amor.
Es la magia de aquel encuentro,
las miradas que se unieron
por la fuerza del naciente amor,
las sonrisas en una se fundieron
prodigando a la vida eterno calor.
Phillip H. Brubeck G.