EL PERFUME DE OTOÑO
Bajo de un sauce, con los pies en la corriente, sacamos, en silencio, las hojas amarillas que arrastra el agua. El cielo se nubla y a lo lejos un vuelo de palomas se pierde entre la falda azul de la montaña.
Tomo tu mano
los ojos se entrecierran
con los relámpagos.
En el silencio, interrumpido, a veces, por el silbo inconstante del viento húmedo, fugaces golondrinas rozan las ondas del río en su partida.
Una libélula
se ha posado en el lirio.
¡Te está mirando!
En el manzano, las ramas se doblan por el peso de los frutos, un pajarillo picotea el viento ya casi en el ocaso.
La media luna aparece en las ramas y queda entre sus fauces una roja manzana.
Brota en tus senos
el perfume de otoño
suave y etéreo.
Everardo Antonio Torres González.