EN EL ESPEJO DEL LAGO
El viento arrastra hojas de papel y nacen remolinos en los caminillos del parque; algunos patos se sumergen en el lago y aparecen haciendo ondas entre el agua y la niebla; el sol apenas ilumina las ramas desnudas de sabinos y álamos.
En la corteza
rugosa de un encino
duerme tu nombre.
En el espejo del lago, algunas hojas se bambolean a la deriva, se hunde la imagen de un perro que vaga a sus orillas ladrando a los patos y a las hojas.
El alba muere, la intensidad del viento se acrecienta, la brisa pare arcoíris diminutos y abejas zumbonas inician su faena.
Tomo tu mano
bajo las sábanas
también el alba muere.
Abres los párpados, la luz inunda tus pupilas y un destello fugaz se pierde en mi mirada; el viento silba y las cortinas, se mueven cadenciosas.
La luz del sol penetra el agua, iluminando el nado pausado de los peces.
Atas tu pelo
con una cinta blanca…
mientras sonríes.
Everardo Antonio Torres González.