FUE EN AGOSTO
Por debajo del puente
un ejército de agua se desliza.
Son las últimas horas de la noche,
y un bello amanecer nos brinda
renovadas las nubes de la lluvia.
Quisiera descubrirme en medio de la luz
de este día, o en la sangre
arrebatada de mis versos.
Se me derrumban los huesos
en esta demencial oscuridad,
el puente que circunda, siempre allí,
todo erguido a la vista,
inamovible como una cicatriz
que nunca cierra, vocación perezosa
de quietud,
hacia el abismo más hondo que soy.
Hoy siento frío, y el hombre derrotado,
acepta la certeza geométrica
y el Salmo cadencioso de su espíritu,
resguardado debajo de este puente
en los amargos instantes de la hora.
José Manuel F. Febles.