Erotismo indeleble
I
El sendero ataviado de cortinas solares
atrapó mis utopías,
escaleras a la cúspide volcánica
sellaron tu rostro en mi piel.
Subí, escalón por escalón,
las huellas tatuadas en cada minuto
evocaban la seducción de tus pupilas en mí.
Silueta tangible entre la niebla
llovió voces en mi vibración.
Ojos cerrados, sutiles, soñadores…
calidez indeleble,
células enlazadas,
humedad perpetua.
Minutos eróticos.
II
Candado desahuciado
alimento desaliñado
abatimiento intacto…
tus ojos y los míos:
verso enamorado.
Encuentro después del día,
contrición,
minutos trillados.
Pasos hacia atrás
limpian el camino,
manos ajenas
imploran otro sol,
dedos enredados en campos
con otros dueños.
III
Paisajes morenos,
pupila renaciente en mi tinta,
alimento de poesías.
Carcajadas en uno
voces al oído
respiración al mismo compás.
Huellas en las sábanas
parapléjico tiempo
atrapados en la pantalla
sombra envolvente
risas ocultas.
Miradas clandestinas.
Desnudez callada.
Estás aquí, estoy en ti,
estamos en las luces de neón,
dunas en el mar.
IV
Laberintos esclavizantes
aferrados a llevarnos por caminos opuestos,
libro abierto,
páginas ajenas
historia erótica
dos almas errantes
encuentro fortuito,
momento perpetuo.
Latidos embelesados,
pieles enraizadas,
vaivén en el cosmos…
ríos en la sangre.
Frescura volcánica.
V
Días nocturnos,
tardes clandestinas,
amaneceres nostálgicos.
Ojos perdidos,
imágenes desnudas, latentes,
amor taciturno.
Eterna espera por unos minutos compartidos,
una vida breve sin final.
Reflejo celeste
de dos en una viñeta.
Recital en cuatro paredes,
espaldas alfombradas.
Oasis enamorado.
VI
Amanecer nocturno
perpetuo ámbar en tu frecuencia.
Espejo amarrado a la luz.
Atajo narrado por los elfos,
morada sobre el mar
muros de algas,
hamaca de sirenas,
calidez en los océanos.
Escribiste mi vientre,
latido a latido,
nueve momentos,
libertad luminosa.
VII
El reloj escapó al infinito,
dimensiones y planetas
acogieron manecilla a manecilla.
Segundos: cómplices.
Piel descalza,
néctar de mi existencia.
Hoyuelos en tus mejillas,
lírica erótica.
VIII
El silencio, mi cómplice.
Tus labios, amante secreto.
La humedad de tu piel,
percusión de medianoche,
clandestinas pupilas
ansiosas por encontrarse
y perderse en el tiempo.
Éter erótico.
IX
Siluetas reflejan palpitares,
humedad,
luz nocturna,
color universal.
Soledad desterrada,
cantares al paisaje
dedicados a los Dioses,
presencia en el todo.
Puerta del infinito,
abrigo de dos.
X
Tu presencia latente
segundo a segundo,
guarda suspiros en mis letras.
Mis labios añoran
tu extracto.
Tu cuerpo:
mi refugio,
la vibración de tu voz,
danza poética.
XI
Soy el verso de tus días,
la poesía de tu existir.
Soy el amanecer de tus palabras,
El éter de tu canto.
El fuego dibuja tu mirada,
destello en el desierto,
voces solitarias.
Defines en el cosmos,
amantes sumergidos
en la sangre de Eros.
XII
Amarte,
es abrir el libro de tu esencia
para leer tus emociones.
Emanas néctar del cosmos:
esencia cálida,
cosecha de mis partículas
ansiosas por amar
tus mundos místicos
al entrar en tus pupilas
nombradas:
el sendero de los Dioses,
en la eterna puesta del sol.
XIII
Fue un viernes
cuando mis labios descubrieron
que tus besos
son el agua que calman la sed,
reflejo cristalino
emanado de tus manos,
luna enamorada.
XIV
Cortinas con aroma a café
tatuadas en mi cabello
enredaron tus dedos,
mechón a mechón.
El dorado de mis rizos
nutrió tu erotismo indeleble,
encanto final de dos,
sueño eterno.
XV
Mis células en ti, enredadas en tu barba,
recitaron versos eróticos.
Mis dedos dibujaron tu forma en el cosmos,
se perdieron con tu imagen,
hicieron de los colores, uno solo.
Tus ojos fueron míos,
miedos encarnizados,
heridas en la piel… en el alma… recuerdos… torturas.
La muerte abraza los minutos,
incertidumbre,
dolor de estar contigo y no.
Respirar asfixia de la mano.
Leer tu cuerpo ausente.
Amarte por la eternidad.
Lucero Mercado
People Comments (1)
Encarna Martínez Oliveras febrero 18, 2018 at 9:28 am
Una completa y detallada descripción de los breves momentos (a veces más largos) del amor. El que más me ha gustado es el XII.
Saludos