LA NIEBLA SE OCULTABA EN EL SILENCIO.

En la desenfrenada calle

Brindar en un copo de niebla.

Quiero decir,

que después de brindar
en un copo de niebla,

la quietud de tus labios
estremece el instante
de las pupilas rotas…

Y la brisa se impregna
de recuerdos que flotan
en los dedos y el alba;
en la desenfrenada calle
que no cesa de hablar
quedamente
de un sueño
que incendia la nostalgia
hasta llevar el cuerpo
a los eternos
filos
del silencio en los huesos.

Everardo Antonio Torres González.

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