Una noche especial
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UNA
noche especial
en que la metáforas danzan
al compás de un viejo corazón,
como esas lucecitas
que prenden y apagan, así esta noche
en el escalafón de la vida,
como los apegos que me afectan,
como ese tiempo que apenas ayer vestía de infancia
mis sueños y de inocencia mis preguntas.
Un viejo panorama descubre mis recuerdos mientras la
nostalgia se asoma por la ventana, miro hacia atrás
la casa de los abuelos, la palabra alegría revoloteando en el ambiente,
creo que nunca hubo nada más parecido a la felicidad…
La vida reunida ahí mismo
nuestros años primeros en franca armonía frente a un chocolate caliente,
un pedazo de pan y el encantamiento desbordándose de las babas del caracol
sin pensar que la vida iba en serio;
pero nos apresuramos a vivir, nos pasamos todos
los semáforos en rojo;
qué pasó, cómo fue que llegamos a esta noche o es que siempre hemos estado aquí,
que sensación de irrealidad
volver de nuevo al pasado para discurrir cuánto hemos cambiado;
desvío mis ojos hacía esa cama, mientras el jadeo de los años discrepa.
Qué vago es el tiempo cuando te vas sumergiendo en los días,
necesito palabras de aliento para hablarles de ti
no quiero escribir sobre la muerte, ni de nuestra infinita tristeza,
y es que contigo aprendí a mirarme dentro de ti, contigo aprendí que el camino es recto,
a perderme en el abandono y reencontrarme en la certeza, siempre pensamos que
nuestro mundo es inmortal hasta que un día cualquiera lo vemos agonizar.
Contigo aprendí tantas y tantas cosas, Padre, pero la proximidad de este silencio me muestra su paz aterradora.
Esta noche ya no
espero
nada y sin
embargo,
lo espero todo, todo…
Cecilia Ortega Astorga