LA DISTANCIA DEL TIEMPO
Déjame que, temblando y sin horario,
desate en mi penumbra una sombra que nace
como un asalto.
Frente a mí levantaste de repente
la distancia del tiempo,
un pasado secreto que conoce
el abismo que existe entre nosotros.
Mañanas suspendidas
de historias sin historias,
de oscuras claridades sin nostalgias,
cuando no alumbra el nuevo amanecer
que desconoce tanta lejanía.
Con qué necesidad me convocaste,
cuales fueron tus dudas, cuando abril
descolgó de tus encontrados labios
la urgencia de los míos.
Hoy se hace necesario
que sepas que no habitas en mi calle,
que la soledad ya tomó refugio
en tu resquebrajado e indefinido espejo… .
José Manuel F. Febles.