LA HE VISTO PASAR.
La he visto pasar
con el suave olor a mastranto,
la he visto pasar
bajo la lluvia furiosa,
ayer a las dos de la tarde,
iba acompañada de otro,
que no era yo.
La vi pasar entre las gotas frías,
la sentí en mi corazón alterado,
pues no era yo
quien tomaba su mano
y le acariciaba su pelo de azabache,
no era yo quien en ese momento trágico,
besaba sus tímidos labios,
no era yo.
Sentí una amarga envidia
al ver a ese ladrón llevarse a mi sueño.
José Argenis Peña Salcedo.