MI HERMANA Y YO
Éramos tan pequeñas…
Mi hermana y yo estábamos siempre juntas.
Ella era mayor, pero no le importaba
llevarme a todas partes.
A primeros de noviembre,
con un cuchillo y una caja de cartón,
íbamos a la campa que está junto a la cantera
y cogíamos musgo, piedrecitas,
florecillas silvestres
y zapatitos del niño Jesús.
Montar el nacimiento nos gustaba mucho:
figuras de barro, nubes de azul,
estrellas en el cielo,
árboles miniatura,
río de papel plata, casitas de cartón.
No lo he olvidado nunca.
Han pasado los años.
Ya no he vuelto a poner el Nacimiento,
ya no recojo musgo,
ya no canto canciones navideñas.
Cuando crecimos ella se murió.
No comprendo por qué
hay tanta alegría en Navidad.
Nieves Álvarez Martín.