MORIR A CADA INSTANTE
“esa mujer que duerme en su propia tristeza
y la que ahora se ha puesto de pie
en los alrededores de la duda.”
Ana Garrido.
Morir a cada instante,
alzar en cada muerte una pregunta,
dejar en los sudarios inconclusos
las trazas del dolor,
buscarle a tientas costumbres a la luz,
como si nadie
hubiera insinuado aún nuestra sombra,
como si todo
se fuera a reinventar en nuestro nombre.
Y no llegar hasta después de tarde,
la boca azacanada por la lluvia,
los ojos desterradamente abiertos,
el tacto humedecido, y, en la lengua,
las huellas de una voz,
algunos versos
y el canto de los bosques aprendidos.
Juan José Alcolea.
Del libro «Cuando los nombres estén dados».
Premio «Pastora Marcela» 2012 en Campo de Criptana.