Por tu cobardía.
Siendo, mas sin ser, en mí se estremece
gritando silencio y arde el frescor
altivo, besando tierno el dolor,
ajeno a ese cielo que languidece.
En árido desierto se humedece
de llanto frío y calla su furor;
despierta mágico en verde esplendor
ausente en este día que perece.
Y se va. Y vuelve. Y canta al adiós.
Embrujado y embriagado de olvido,
deseo y muerte, va bebiendo calma.
Se interpone, ya ciego, entre los dos;
tú te derrumbas. Lloras malherido
esa cruel cobardía desde el alma.
Encarna Martínez Oliveras.
[Silencio]
Altivo
en árido silencio
canta al adiós
Ciego y malherido
embriagado
de olvido
se interpone
ese cruel
despertar
que languidece
ajeno
Vicente López-Ibor Mayor.
Del libro “Zarpar [Sonetos rotos]”