RETOÑO
El cuerpo nos relata a través de su huella,
aquel tiempo en el cual habitamos en otro ser.
Este cordón que durante nueve meses nos conectó
y permitió que anidaras en mí, en una relación
sagrada que nos compartió.
Eres, hijo amado, un maestro en cuya generosidad
de lecciones hemos crecido los dos.
Tu labor diligente como descendiente se compara
a un cofre, que al abrirlo solo hermosos tesoros
de amor y experiencia ofrece y este tesoro me
hace un rey soberano, que te agradece.
Hoy avanzas por tu camino y mis pasos ya por
los años, mermados y pausados, saben que tu
andar sigue en otra dirección.
Adelante retoño amado, pues tu aliento en mí
permanece, albergue tu existencia y confiadamente
hablo al maestro, antes niño, ahora señor, que siempre
vayas de la mano del Creador.
Maritza Moreno C.