SIN SER SOR JUANA, NI ROSARIO, NI LA PIZARNIK.
Sin ser Sor Juana, ni Rosario, ni la Pizarnik,
la palabra toma la forma de mis demonios,
los silencios se crecen en mis utopías
y vuelven a mí en letras cuadriculares
empapadas de lluvia y de nostalgia.
El tiempo se hace nudo en mi garganta
y toda mi existencia se satisface de su monstruosidad.
Y así con todas mis singularidades,
mis incongruencias y mis frases mal hechas;
me haces sentirme poeta,
mujer y poema al mismo tiempo.
Pero sobre todo… me haces feliz.
Cecilia Ortega Astorga.