Tierra roja.
El canelo se ha puesto triste.
El viento, allá en lo alto junto a la araucaria
recoge las lágrimas del pueblo oprimido.
Este que desde tantos siglos lo han sufrido
olvidando su cultura, su historia, sus vidas.
La tierra se ha tornado roja por la sangre derramada,
desde mucho antes que la patria fuera liberada.
Desde que el kultrun suena y resuena desde temprano
para dar gracias al padre sol y a la madre luna
por la naturaleza que entrega el sustento
para conservar la historia que muchos quieren olvidar.
Cientos de luna y luceros han guiado sus pasos
a la libertad y recuperar sus tierras
que el estado les ha usurpado con sus leyes de maldad.
Ignorando sus ancestros, reprimiendo sin censuras
amparados por la prensa que se colude
para culparlos sin indagar la real cultura.
La machi no solo está triste, su alma llora
resuena el kultrún, la trutruca y el trompe.
Diciendo aquí estamos desde mucho antes
que nos robaran las tierras con sus leyes.
Libre es al viento y el pueblo mapuche.
Libre son las aves que surcan los cielos,
sin que les corten las alas y aniden en el suelo.
Lloran los niños que se asustan al ruido de los truenos
esos que vomitan las armas de los gobiernos
que por siglos han querido borrar su historia,
nuestra historia que ocultaron por miedos.
Tierra roja teñida con sangre mapuche
que defienden sus tierras hasta la muerte.
Parlamentaron con sabiduría en el pasado
hoy son ignorados por los gobiernos
que deciden expulsarlos del Arauco no domado.
Porque nunca han olvidado su pasado y viven el presente.
Moisés Jorquera Vivanco.
Del libro “Ahora”.
